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E c u a d o r - S u d a m é r i c a

domingo, 31 de mayo de 2015

FIFA: FOUL AL JUEGO LIMPIO


Por Leonardo Parrini     

El affaire destapado por la justicia estadounidense que denunció el entramado de corrupción en el seno de la FIFA relacionado con sobornos, lavado de dinero y estafas para viabilizar derechos de televisión, tiene resonancia política de alcance mundial. La polémica desatada entre las potencias internacionales cobra sentido ideológico mientras las investigaciones se encaminan a determinar la conexión existente entre la FIFA y los bancos  de Wall Street. Según investigaciones, las entidades bancarias de EE.UU fueron utilizadas para la transferencia ilícita y el blanqueo del dinero de sobornos en el corazón del sistema financiero norteamericano. El documento de la indagación iniciada por la justicia de ese país afirma que “los imputados y sus conspiradores dependían enormemente del sistema financiero de EE.UU para que la trama pudiera funcionar”. Precisamente, ese detalle dio pábulo al sistema legal estadounidense para intervenir en el asunto.

En tanto, en Rusia el presidente Putin afirma que EE.UU “abuso de su poder”. Una intervención que puede afectar la realización del mundial de futbol agendado para el año 2018 en Rusia. La designación de ese país como sede del próximo torneo de futbol está cuestionada a partir del escándalo en el interior de la FIFA. Legisladores norteamericanos mencionaron que “todos los miembros del organismo (parlamentario), están sometiendo a Rusia a sanciones por el conflicto en Ucrania” y que el próximo lugar de la Copa del Mundo 2018 debe ser “seguro y exitoso”. Sobre el caso de la FIFA, Putin consideró que las detenciones de altos responsables por corrupción buscaban impedir la reelección como presidente del organismo de Joseph Blatter, que habría sido presionado para impedir la celebración del Mundial de Fútbol en Rusia en 2018. Esto es “otro claro intento de EE.UU de extender su jurisdicción a otros Estados”, añadió Putin

¿Qué intereses tiene EE.UU en este affaire?

En primera instancia, existe interés de la justicia estadounidense en aclarar las implicaciones de un hecho consumado: “los empresarios acusados hicieron un uso fraudulento del sistema financiero con transferencias de dinero fruto del chantaje”. En la danza de los millones ilícitos están involucradas instituciones “que sirvieron durante todos estos años de canal para facilitar los pagos ilícitos, entre ellas los colosos estadounidenses JPMorgan Chase, Citigroup y Bank of America, la británica HSBC y la suiza UBS”. Las investigaciones apuntan a establecer si “estas firmas eran conscientes de que esas transferencias eran fruto de una actividad ilegal”.

No obstante, poco o nada se dice de las empresas informativas que sobornaron a la FIFA para obtener los derechos de transmisión de televisión, lo que convierte al hecho en un fraude mediático. El cálculo del total de los pagos ilícitos hechos a directivos de la FIFA asciende a 150 millones de dólares durante el periodo de 24 años que duró el affaire. De esa cantidad se conoce que 110 millones están relacionados con Copa America Centenario que se disputara por primera vez en los EE.UU en junio del 2016. El fiscal neoyorquino Kelly Currie dejó en claro que “los directivos de la FIFA celebraron varios encuentros en Nueva York con los empresarios que buscaban su posición de influencia para hacerse con la negociación de los derechos de los torneos y otras actividades promocionales". En el complejo entramado de futbol, dinero y política, el affaire de la FIFA pone al descubierto un hecho innegable: los prosaicos intereses económicos y las presiones políticas entre las potencias son un componente consustancial al deporte. Prácticas que en este affaire hacen un patético foul al juego limpio. Sin duda el futbol, pasión de multitudes y negocio jugoso de unos cuantos tocados por la fortuna, debe remarcar, más temprano que tarde, la cancha de la ética.  

martes, 26 de mayo de 2015

ALCALDÍA QUITEÑA, COLORIDOS SOBRESALTOS


Por Leonardo Parrini

Domingo. Camino por el parque de La Carolina en Quito y me asaltan –literalmente- a la vista las vallas de la propaganda de la Alcaldía de Quito que me instan: Alégrate en La Nueva Carolina. Miro hacia el norte y hacia el sur y no veo ningún nuevo parque, que no sea este lugar de encuentro familiar cada vez más abandonado a la suerte del deterioro urbano. Mi instinto publicista me asalta este instante y digo: He ahí una mentira mal dicha. A diferencia de otros avisos publicitarios que suelen ser una mentira bien presentada. A poco andar descubro que “la nueva Carolina”, está infestada de anuncios de ese tipo, de abigarrados colores y frases sin responsabilidad alguna, escritas por una mente fantasiosa desprovista de imaginación.

Así ha de ser, estamos en la era de la comunicación emocional en la que importa un bledo si el mensaje es mentira o verdad, con tal de conmover a los pobres transeúntes que no salen de su asombro hasta caer en cuenta de que se trata de una ampulosa comunicación política con fines últimos electorales. Acto seguido, viene a mi mente bajo el sol canicular del medio día, que estamos hablando de una Alcaldía quiteña llena de sobresaltos, que necesita echar mano de una comunicación institucional sin límites, desbordante, es decir manipuladora en definitiva.

Vuelvo a mirar la instigación a ser feliz, alégrate en el nuevo parque…y pienso que la alegría o la felicidad humanas en una capital como Quito, es poco menos que imposible medirla cuantitativamente por la cantidad de “obras hechas pensando en ti”, como dice la propaganda municipal. Pero las bondades de un cambio en la calidad de vida, sí son cuestión de plazos perentorios, pero ni lo uno ni lo otro está sucediendo en la “administración Mauricio Rodas”, pletórica de sobresaltos.

Sobresaltos que hacen olvidar que hay una dimensión que recibe poca o nada atención, que tiene relación entre la convivencia de la ciudadanía y la estética de la ciudad hoy invadida de letreros pintarrajeados que buscan la emoción del transeúnte desprevenido. Esto evoca una afirmación que suscribo: Cualquier administración que pretenda llevar a cabo un proceso con gobernanza y sostenibilidad, debe despojarse de los colores de campaña para administrar la ciudad en la que vivimos todos con distintas visiones, con distintos sueños e intereses, pero con una sola esperanza: poder vivir mejor.

Precisamente la propaganda de corte fascista prescinde del respeto a las motivaciones del consumidor atribuyéndole un borreguismo a ultranza, una conducta femenil susceptible de ser manipulada como siervos al matadero. Eso remite al tema central de campaña electoral de Rodas: “recuperar la alegría, la frescura y la conversación entre todos los ciudadanos”, sin importar sus realidades específicas y sus sueños concretos. Mientras transcurre la tarde y avanzo entre carteles y árboles del parque La Carolina, caigo en cuenta de que la autora de estos carteles es una administración municipal obligada a echar mano a la propaganda. Única forma de respuesta indirecta a las críticas a sus múltiples actos fallidos que quitan el sueño al edil de la ciudad.

En una retahíla de sobresaltos, la prensa destaca un hecho curioso si no fuera símbolo de la decadencia ética de quienes lo protagonizan: “Para eliminar información sobre supuestos actos de corrupción habrían ingresado la madrugada del 15 de abril el coordinador de adquisiciones, Carlos Orbe, y el gerente de Tecnología, Carlos Paspuel, al área administrativa de la Empresa Metropolitana de Transporte de Pasajeros de Quito (Epmtp)”. El video que los detecta fue levantado por Oscar Játiva, sindicalista. Según la publicación de Játiva, la información correspondería a contratos anómalos con empresas de seguridad y limpieza, una versión que fue corroborada por una fuente que pidió no ser citada. En el portal del Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop), desde inicios de este año constan 6 procesos de contratación de la Epmtp.

La cosa ética hace agua en las turbulentas corrientes municipales. La vida privada de Rodas también ha estado sujeta al escrutinio público durante el período de un año en el ejercicio del cargo. A dos semanas de iniciar su gestión en mayo del 2014, se conoció que una multa aplicada por el IESS al Alcalde Rodas tenía como fundamento el incumplimiento con dos empleados personales en el pago de los aportes al Seguro Social durante seis meses.

La cosa ética se puso color de hormiga cuando trascendió en la prensa mexicana la presunta relación existente entre el Alcalde quiteño y Luis Muñoz Orozco, buscado por las autoridades de los EE.UU. por narcotráfico. El periodista Francisco Herrera Arauz de Ecuadorinmediato se pregunta: ¿Por qué Orozco vino a Ecuador, por qué se vinculó con usted, señor Alcalde? ¿Qué función cumple en el municipio de Quito? ¿Qué asesoría le dio a usted? En este espinoso caso los medios han tomado un silencio cómplice. Tomarse una foto con un implicado en narco tráfico no tiene porqué importarle a Quito, concluye irónicamente Herrera Arauz. No obstante, el cambio de los colores quiteños de azul y rojo “por los colores de Suma conque tiene pintarrajeada la ciudad, coinciden con “los mismos tonos de los Centros de Desarrollo Infantil de México” y desatan graves especulaciones de sus relaciones con el personaje mexicano, apunta Francisco Herrera.

El director del medio digital apunta a un reclamo sobre la ética, señor alcalde, la ética, como versa un documento de dominio público de su autoría. En dicho libelo, Herrera Arauz invoca a que el Alcalde quiteño “preste atención al factor ético, ya que la gestión en obras es todavía nula y eso genera un riesgo futuro”. El reclamo a las ligerezas de las palabras de Rodas es otro colorido acápite del documento: la facilidad con que hace afirmaciones que resultan falsas, en referencia a negar que Jaime Duran Barba es su asesor, mientras que el conocido encuestador lo desmiente en Radio Democracia, dejando al descubierto la mentira del alcalde asesorado.

En el documento se deslizan acusaciones de igual calibre: El caso de la censura previa a Ecuadorinmediato, que habría creado un “ambiente perverso en nuestra contra”, dice Herrera Arauz, por el hecho de “arrasar con la libertad de expresión”. Circunstancia que el Alcalde Rodas consideró “un error administrativo”, que no ha sido justificado ni explicado y que habría protegido al culpable del desacierto.

Los roces con sus partidarios como Antonio Ricaurte, que insta al alcalde que “no se vaya con la derecha”, es otro sobresalto. Asi como las alzas de las tarifas de los taxis en Quito, producto de acuerdos previos con el sector de taxista que apoyó su candidatura a la Alcaldía, fue “poco ético que se niegue tal acuerdo”, dice Herrera Arauz.

Mientras camino por una ciudad que aun en domingo muestra síntomas de congestión vehicular, ésta me recuerda que la construcción del Metro es otro proyecto pendiente de viabilizar. Ha transcurrido un año que no se ha avanzado un centímetro en dicha obra, un “espectáculo contradictorio que ofrece el Alcalde y sus adláteres”, según Herrera Arauz. Y la movilidad es una tachuela en el zapato del edil capitalino. En otro sobresalto edilicio, promover “un proyecto Quito Cable sin presentar estudios técnicos, económicos o financieros es una “pretensión de engaño a la opinión pública”. No sin razón, el periodista invoca al Alcalde a que “garantice un proceso respetable y sin sospechas de privatización de este sistema de transporte público”.

Ahora si resulta comprensible que la propaganda de “la nueva Carolina” sea otra colorida falacia, tan inútil como la acción de los policías metropolitanos pitando a los semáforos, en grupos de tres efectivos, como si el presupuesto del municipio fuera rebosante de recursos provenientes de los impuestos de la ciudadanía. La ética, señor alcalde, la ética, es una alerta oportuna, como descubrir una forma distinta de hacer política. No se puede hacer la vista gorda a tanto sobresalto, sin hacerle un flaco favor a la ciudad.

jueves, 21 de mayo de 2015

EDOC 2015, LA OTRA CARA DE LA REALIDAD


Por Leonardo Parrini

Buen comienzo del cine EDOC en la versión 2015. Una apuesta por el periodismo no tradicional que muestra la otra cara de la realidad, proyecta en su apertura el filme Citizenfour de Laura Poitras, con un protagonista singular, Edward Snowden, ex agente que remeció el tinglado internacional con revelaciones sobre redes de vigilancia a escala mundial. El documental narra cómo los estadounidenses son víctimas de los programas de vigilancia oficiales. Un periodismo investigativo de denuncia que ahonda la huella de una labor que rebasa los límites del género, para convertirse en una cuestión de interés público masivo.

Todo empezó con un mensaje del ex agente Snowden que decía: Laura en este momento no te puedo ofrecer más que mi palabra. Soy un analista sénior en la comunidad de inteligencia. Espero que entiendas que contactarte es un riesgo extremadamente alto". En el texto también indicaba a Poitras que "cada frontera que cruzas, compra que realizas, cada número que marcas, cada torre telefónica por la que pasas, amigo que mantienes, sitio que visitas, asunto que tipeas está en la manos de un sistema cuyo alcance no tiene límites, pero cuyos custodios sí. Al final, si publicas el material original, estaré implicado inmediatamente. Solo te pido que asegures que esta información llegue al público estadounidense. En su persistente labor de denuncia, Snowden no ha cesado de contar  cómo “la NSA tiene controlado al mundo a través de sitios como Google, Yahoo, Facebook, que le facilitan la información que manejan sus usuarios.”

Cine de compromiso social

La muestra de EDOC en su versión 14, exhibirá 121 documentales entre los que la prensa ha destacado algunos de ineludible proyección. El filme La sal de la Tierra que narra la experiencia de Sebastiao Salgado, fotógrafo brasileño que retrató los paisajes más intensos del planeta donde muestra guerras, miseria, hambre, desplazados, entre otros tópicos. De la producción nacional el documental Alfaro Vive Carajo, de Mauricio Samaniego, destaca entre los mencionados por la crítica como una “obra coral en la que los ex miembros del grupo guerrillero, que apareció a finales de la década del setenta, reflexiona sobre su trágica aventura política”.

Otra cinta mencionada como imperdible, es el filme de Sabine Lubbe Bakker y Niels van Koevorden, No me dejes, que narra las vicisitudes de los jóvenes en la actualidad buscando un sentido a su vida. We come as friends, del director austríaco Hupert Sauper, es también un filme recomendado que describe “la compleja situación social y política de Sudán del Sur bajo las secuelas del colonialismo”. Y el documental Instantes de campaña, de Tomás Astudillo, que perfila al candidato Rafael Correa en su trayectoria de ascenso al poder, es otro de los filmes destacados por la crítica. Las proyecciones regulares tendrán lugar en el Ochoymedio, Flacso Cine, Sala Alfredo Pareja de la Casa de la Cultura, Cinemática Cumbayá y las salas de Incine. EDOC 2015 en su versión 14, una apuesta por un cine documental de fuerte trazo social y político, sintonizado con las preocupaciones y signos de nuestro tiempo. Un periodo en que la política vigente sigue siendo un desafío de futuro.

martes, 19 de mayo de 2015

ROQUE DALTON, POETA SIEMPREVIVO


Por Leonardo Parrini

Mi poesía es como la siempreviva
paga su precio a la existencia
en término de asperidad.
Entre las piedras y el fuego,
frente a la tempestad
o en medio de la sequía,
por sobre las banderas
del odio necesario
y el hermosísimo empuje
de la cólera,
la flor de mi poesía busca siempre
el aire, el humus, la savia, el sol,
de la ternura
.

Versos premonitorios de Roque Dalton, poeta salvadoreño asesinado hace cuatro décadas en su ciudad natal. Voz silente y presente la suya, cantó a la esperanza que emerge como soplo de vida de la lucha cotidiana por la dignidad de los oprimidos, los solitarios, los sin destino. Roque Dalton fue muerto a los cuarenta años la madrugada del 10 de mayo de 1975, dice la crónica: Los asesinos llegaron a la casa donde lo tenían recluido, donde lo torturaron con golpes y trataron de infligirle miedo, para matarle a tiros. Una mujer salió de la casa clandestina y se puso a reventar "cuetes" (pirotécnicos), aprovechando la festividad para las madrecitas, pero en esencia era para disfrazar los balazos que les dieron al obrero Armando Arteaga y a Roque Dalton. Más tarde sus cadáveres fueron metidos en una gran bolsa de plástico, los subieron a un pick up, les tiraron encima unas colchonetas y se condujeron a El Playón. Alguien ahí había cavado el hoyo donde los tiraron, les echaron tierra y se marcharon. Esa noche el comando asesino redactó un comunicado anunciando el "fusilamiento", mismo que dieron a conocer en un comunicado el 28 de mayo de 1975. Sobre estos hechos se cierne un silencio cómplice, una injusticia impune que nunca ajustó cuentas debidamente frente al crimen y sus hechores. Los gobiernos de República de El Salvador han mostrado una persistente incapacidad de aclarar el crimen en toda su estremecedora magnitud.

Roque Dalton, poeta del pueblo para el pueblo, militó en las filas comunistas y se entregó a la causa de la liberación de su país en años en que las dictaduras militares instaladas en el poder con la anuencia conservadora, campeaban en el continente. Fue varias veces encarcelado en su país, por motivos políticos, condenado a muerte en 1960 la sentencia no se cumplió, ya que el dictador José María Lemus cayó sólo cuatro días antes de la fecha fijada para la ejecución. Su destino, no obstante, estaba marcado; Roque Dalton fue asesinado por una fracción del Ejército Revolucionario de Pueblo. El responsable del grupo que dio la orden de su eliminación, Joaquín Villalobos, reconoció que había sido un trágico error.

Poesía liberadora

Roque Dalton de muchacho estudió en Chile, país en el  que cultivo amigos y camaradas y  dejó una nítida estela de inteligencia y compromiso. Poeta, ensayista, periodista y activista político es la máxima voz de la poesía popular de su país y una de las más representativas de la literatura revolucionaria de Latinoamérica. Su vida bohemia, su jovial e irreverente personalidad, matizaban su entrega a las causas políticas, cuya máxima preocupación fue el destino social de su país. En 1969 obtuvo el Premio Casa de las Américas, en el género poesía, con Taberna y otros Lugares, el más conocido y, según la crítica, el mejor de sus libros. Su obra refleja ambas improntas, del luchador y del poeta empedernido de pasión por el amor y la vida.

Por ejemplo, esta tarde tengo en las manos grises
libros hermosos que no entiendo,
no podría cantar aunque ha cesado ya la lluvia
y me cae sin motivo el recuerdo
del primer perro a quién amé cuando niño.
Desde ayer que te fuiste
hay humedad y frío hasta en la música.
Cuando yo muera, sólo recordarán mi júbilo matutino y palpable,
mi bandera sin derecho a cansarse,
la concreta verdad que repartí desde el fuego,
el puño que hice unánime
con el clamor de piedra que exigió la esperanza.

A cuatro décadas de su muerte, Roque Dalton es un poeta siempre vivo. Su palabra preclara, comprometida y apasionada dejó un destello de claridad en la opacidad del mundo.

Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre
porque se detendría la muerte y el reposo.
Tu voz, que es la campana de los cinco sentidos,
sería el tenue faro buscado por mi niebla.
Cuando sepas que he muerto di sílabas extrañas.
Pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta.
No dejes que tus labios hallen mis once letras.
Tengo sueño, he amado, he ganado el silencio.

lunes, 18 de mayo de 2015

¿ELLAS, LAS SUMISAS?

 
Por Leonardo Parrini 

Decir una cosa y hacer otra, es lo que León Festinger denomina disonancia cognoscitiva. En buen romance, se refiere a la “desarmonía interna del sistema de ideas, creencias y emociones o cogniciones que percibe una persona al mantener, al mismo tiempo, dos pensamientos que están en conflicto, o por un comportamiento que entra en conflicto con sus creencias”. En ese tenor, Mónica Mancero Acosta, en agudo editorial del diario estatal, pone el dedo en la llaga para denunciar un hecho que en otras circunstancias, pasaría de agache: decir lo sumisas o irreverentes que fuimos ante el poder patriarcal, ante el marido, ante la sociedad. Una sumisión o irreverencia frente a un poder patriarcal que va más allá de las paredes domésticas y se expresa en los ribetes del Estado, a través de políticas públicas y de la obsecuencia que demuestran ciertas representantes populares.

Mónica Mancero hace referencia a las palabras de Marcela Aguiñaga, segunda vicepresidenta de la Asamblea Nacional, que en un tuit de sumisión oficial, dijo: Seré sumisa una y mil veces cuando se trate de luchar y reivindicar los derechos de la mujer”. En seguida matizó: “Esta sumisión no significa someterse a ningún mandato, sino responder y defender siempre mis luchas y creencias. Ser sumisa a mis principios y luchar incansablemente por una verdadera reivindicación de la mujer”. Y luego concluyó: “Sumisión: cuando se trate de defender a la mujer sí; sumisión cuando se trate luchar por nuestros derechos si.

Confesión de partes, relevo de pruebas. La revelación de la asambleísta Aguiñaga es el síndrome de sumisión de las mujeres que gobiernan desde la legislatura el nuevo estatus moral de “abstinencias y visión moralista de la sexualidad”, según Mancero. Confesión que “barre con una historia completa de lucha feminista de nuestra generación y de las anteriores. Pero no solo barre con las prácticas feministas de lucha, sino que también liquida la inmensa y profusa reflexión sobre feminismo que, paso a paso, las feministas en todo el mundo se han esforzado en construir. ¿Se puede ser sumisa para defender los derechos de las mujeres?”, se pregunta. Y el cuestionamiento viene al caso, ya que la vertiente de lucha por los derechos femeninos, las jornadas de protesta y propuesta de las mujeres por sus libertades de género, se desdibujan ante la declaración obsecuente de la asambleista. 

Ante el “extraño retruécano”, expresado en la confesión de Aguiñaga, Mancero advierte el trasfondo de la vigencia de políticas públicas que contradicen los derechos femeninos: ahí tenemos instalado al Plan Familia con su llamado a la abstinencia sexual y su visión moralista de la sexualidad, mientras miles de adolescentes continúan embarazándose sin cumplirse el derecho a una educación sexual laica garantizada por el Estado. Ahí tenemos al Código Integral Penal que está operando para encarcelar a las mujeres que han osado abortar, tratadas no solo como ‘idiotas’ sino como delincuentes”

Puesto el dedo en la llaga, la herida drena todo lo que debe secretar, hasta no dejar dudas de que “el feminismo académico tendrá que hacer esfuerzos para examinar y explicar esta suerte de instrumentalización del género que se ha dado en la Revolución Ciudadana”. Valerosa observación, y más meritoria aun en boca de una mujer que, sin pelos en la lengua, ha puesto en evidencia la disonancia cognoscitiva de las cabezas femeninas de la Asamblea Nacional, y que en su gestión legislativa “se haya provocado varios retrocesos en derechos sexuales y reproductivos, justo de aquellos en los que urgía avanzar ahora mismo; es decir, la batalla por la soberanía del cuerpo que ha reclamado el feminismo como una lucha clave, ha sido nuevamente postergada”.

La idea central de Mancero, dicha con ánimo de remover las conciencias femeninas y masculinas, activa la alarma de un hecho innegable: el gesto del silencio impuesto desde la cúspide del poder patriarcal, y la consecuente sumisión callada de las asambleístas oficialistas, constituye una verdadera bofetada a las luchas de las mujeres ecuatorianas y permanece aún en el imaginario colectivo. Un gesto de profilaxis mental que deja ver las hilachas de un hecho vergonzante ante el juicio implacable de la historia: ese desenfadado reconocimiento público; por eso deberán reconocer ante las nuevas generaciones, ahí sí con más vergüenza que cinismo, lo sumisas que fuimos.

LA REBELIÓN MEDIÁTICA: ECUADOR


Por Leonardo Parrini

Si, así como versa el titular: la rebelión mediática es el nuevo componente de la política ecuatoriana. Y rebelarse, para que no quepan dudas semánticas, según el diccionario, significa “Sublevar, levantar a alguien haciendo que falte a la obediencia debida”. En otras palabras, oponer resistencia. Y el mentado acto de resistencia desobediente es protagonizado por el diario ecuatoriano La Hora de Quito, que se negó a pagar la multa de 3.540 dólares impuesta por la Superintendencia de Comunicación por no difundir como noticia de interés público el 23 de febrero pasado, el acto oficial de rendición de cuentas de José Bolívar Castillo Vivanco, Alcalde de la ciudad de Loja. El editor general del periódico, Luis Vivanco, justifica la rebeldía en los siguiente términos: “Si no nos declarábamos en resistencia, habríamos aceptado que el poder político nos imponga los contenidos y eso sería nefasto para todos los que hacemos periodismo”. 

La sanción se ampara en la Ley de Comunicación que castiga la “omisión deliberada y recurrente de la difusión de temas de interés público”. La Hora ya se había declarado en resistencia en marzo pasado, cuando se negó a pagar una multa de 1.770 dólares por no haber identificado como publicidad la carta abierta que escribió un vocal del Consejo de Participación Ciudadana a Rafael Correa. Como antecedente, en mayo del 2014 ocurrió otro caso similar, cuando de la visita del Presidente Rafael Correa Chile publicaron “breves reseñas” los diarios El Comercio, El Universo y La Hora.

Más allá de las características que deben o no tener las notas de prensa, el tema se da en un contexto de beligerancia entre los medios informativos y el régimen. Según Eric Samson, periodista académico de la Universidad San Francisco de Quito, “el Presidente Correa ve a los medios como sus enemigos políticos”. En tanto, el gobierno ha señalado que las empresas mediáticas se han convertido “en actores políticos de oposición”. Pedro León del Observatorio Ciudadano de Derechos Humanos, dice que “los medios no deben estar en contra de educar e informar cómo debe ser, lo que pasa es que están acostumbrados a un tipo o estilo de vida establecido y con la Constitución y la ley recién los ciudadanos tenemos opción de reclamar nuestros derechos. Los que pueden sentirse afectados son los que antes se beneficiaban de un lucro por un  determinado tipo de programación. Queremos que se respeten las normas”. Más allá del contexto beligerante, en el fondo, subyace un tema que no deja de ser novedoso: qué debemos entender por noticia de un hecho de “interés público”.

El interés público

¿Cuándo los medios deben considerar de interés público un acontecimiento y reportarlo? La Corte Constitucional del Ecuador ha pedido al Consejo de Regulación de la Comunicación que defina qué se entiende por información de interés público. No obstante, según Paulina Mogrovejo, vocal del consejo, el CORDICOM estipula que debe ser aplicado lo que está establecido, es decir, que el público tiene “el derecho a recibir información sobre temas que afectan a sus proyectos de vida”. Pese a que la Ley Orgánica de Comunicación no establece que los medios pueden ser sancionados por publicar información considerada irrelevante, sin embargo todo profesional de la comunicación sabe que el interés público está dado “a partir de un tema o circunstancia que afecta a la sociedad. Ocultar o ignorar hechos que atañan a la colectividad vulnera el derecho de la ciudadanía a estar informada”.

El concepto de interés público, asociado al interés general, es una noción proveniente de las ciencias políticas identificable con “el bien común” de la sociedad en su conjunto como un cuerpo social y no necesariamente con el interés del Estado. En los días de la Revolución Francesa se lo empleó como utilidad pública, criterio eminentemente liberal que se refería a la búsqueda del “bien común”. Luego el interés público nace como sustituto de dicha categoría del bien colectivo, según Marta Franch.

Bob Eggington en Media Helping Media, aclara que “los periodistas deberían utilizar siempre la prueba de interés público antes de decidir si deben cubrir o no una noticia. En muchos casos resulta claro qué es de interés público y qué no, pero en otros es más complicado, particularmente en temas relacionados con la privacidad”. En esa línea de pensamiento, sin duda, hay una ética de servicio público en el corazón del periodismo serio. Esto implica respeto por la privacidad de las personas, pero en el caso del Alcalde de Loja, José Bolívar Castillo es una figura pública, cuyos actos son de interés público. En tal circunstancia cabe la reflexión de Eggington: “Los periodistas no deberían normalmente inmiscuirse en la vida privada de las personas. Pero puede ocurrir que la figura pública en cuestión se esté comportando de forma diferente en su vida privada que lo que él o ella está mostrando o defendiendo en público. La pregunta clave es siempre si la publicación de la noticia tendrá beneficios mayores desde el punto de vista social que el perjuicio provocado por el mal comportamiento periodístico”. El interés público debe estar justificado, según este autor, por: “enmendar un daño importante, publicar información que afecta el bienestar y la seguridad de la sociedad, mejorar el entendimiento y la participación del público en un debate sobre un tema relevante y generar una mejor rendición de cuentas y más transparencia en la vida pública”.

El interés político

Es imprescindible en el análisis diferenciar el interés público del interés político. La ley garantiza que la ciudadanía tenga conocimiento de los hechos de interés público, a través de “información contrastada y veraz”. En ese tenor, los ciudadanos particulares deben comunicar y recibir información en libertad de expresión, y los profesionales de la comunicación tienen la obligación de “informar de manera responsable, real, objetiva y plural”. Los ejecutivos del periódico La Hora argumentan que “el concepto es indeterminado, amplio y dinámico y para evitar la discrecionalidad de la autoridad, tendría que estar normado. Sin esto se viola la seguridad jurídica”. A renglón seguido califican de “surrealista” la medida del Estado que  “no tiene ya fronteras con el poder político único”. La línea editorial del diario La Hora y sus contenidos, implica que este medio ha pagado ya alrededor de 14.000 dólares por haber adelantado criterios judiciales en dos casos policiales, como precedente a la sanción actual. Al tenor de la medida, la respuesta política del diario no escatima calificativos contra el régimen: “A los periodistas cada vez les cuesta más trabajar”, “Es un ambiente de presión… al momento de escribir te vas cuidando porque no sabes en qué punto te pueden caer”, dice Andrea Grijalva, funcionaria de La Hora. ”Triste, pero cierto. Escalofriante, pero real”, complementa el editor Luis Vivanco.

Para que no quepa dudas del accionar del medio, La Hora declara en documento de su redacción: el tribunal encargado de juzgar es un apéndice del Ejecutivo, que con una visión electoral ha identificado a los medios como sus grandes enemigos, como a aquellos molestos mosquitos que no dejan de estorbar… el poder esconde sus artimañas. Insecticida oficial para lograr el silencio…es una lucha que trasciende las paredes de este diario y que se convierte, inequívocamente, en una causa del oficio… Al final del día seguiremos informando, opinando, con la misma línea editorial que nos caracteriza, la que no nos hace de oposición, que es la que creemos justa para el papel mediático. Creemos que debemos ser la avispa, el mosquito que critique al poder. A confesión de partes, relevo de pruebas: la rebelión mediática está en marcha.