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sábado, 22 de noviembre de 2014

MINDO, A VUELO DE PÁJARO


Fotografía Leonardo Parrini
Por Leonardo Parrini

Desde el amplio ventanal panorámico del restaurante de La Roulotte, una construcción circular de maderas de caoba y canelo que proporciona una vista de 360 grados, la selva asoma como un paraíso terrenal. A pocos metros de nuestro punto de observación, los colibríes trepidan sus alas en un vuelo que los mantiene suspendidos del aire, mientras succionan con su largo pico el néctar aromatizado del bebedero. En Mindo conviven 24 de las 120 especies de colibríes existentes en el Ecuador. Son aves de una belleza singular, livianas y provistas con plumajes de brillantes tonalidades, una auténtica metáfora de luz y color. El cuello de los machos es casi siempre rojo brillante, azul o verde esmeralda. Por extraño influjo, los picaflores son atraídos especialmente por vegetales de color rojo o naranja intenso. Los quindes se alimentan, principalmente, del néctar de flores para obtener las calorías que a algunas especies les permiten volar y mover sus alas a 78 ciclos por segundo. 

Cohabitante del colibrí en Mindo es el gallo de la peña de color rojo radiante, que construye sus nidos en las vertiginosas paredes verticales de los cañones rocosos. En Mindo se dan cita 500 especies de aves entre las que cabe notar el tucán, loros, búhos, tangaras, quetzales, mirlos y caciques. Entre especies animales de mayor envergadura cohabitan pumas, osos de anteojos, venados, ardillas, tigrillos y guantas. Y el lagarto pinocho, declarado extinto hace 50 años, y recientemente redescubierto en el 2005 en Mindo. El bosque nublado de esta zona es un ambiente cálido y húmedo, con la mayor diversidad vegetal del continente, posee 2.000 especies de plantas natales en el área, incluyendo una multitud de orquídeas salvajes. En el lugar se pueden encontrar orquídeas epífitas, bromelias, musgos y árboles de todo tamaño: tangaré, arrayán, caoba, colorado manzano y aguacatillo, y frutales de  limón naranja, naranjillas silvestres y banano.  

Paraíso terrenal

Mindo es cabecera parroquial del Cantón San Miguel de los Bancos, Provincia de Pichincha, ubicada a unos 80 km al noroeste de Quito con una población de 3.000 habitantes que se dedican a la cría de ganado, agricultura y turismo. El pintoresco pueblito se encuentra enclavado a 1.250 snm en las estribaciones del volcán Pichincha, emplazado en un valle de 19,000 hectáreas del Bosque Protector Mindo Nambillo, un ecosistema único donde habitan 90 especies de mariposas.

Ignacio de la Torre, propietario de La Roulotte, cuenta que en Mindo se practica deportes de aventura, como senderismo, cabalgatas, ciclismo de montaña, descenso de aguas bravas o tubing. La aventura comienza en un complejo de cabañas de madera de caoba, construidas con ruedas o carromatos a la usanza gitana europea, una idea aportada por su socio Stephane Pignolet. Las cabañas disponen de todos los servicios y su diseño arquitectónico  proporciona un ambiente seco, fresco e iluminado. Como buen anfitrión, Ignacio hace gala de su arte culinario en la preparación de sus especialidades el Fondue de queso y la Charbonnade que incluye Lomo fino de res, lomo fino de cerdo, salchichas de ternera, camarones, acompañados de salsas, rösti y ensaladas.
“Estamos ubicados en el chocó andino –dice Ignacio-, mientras compartimos un suculento desayuno de frutas y jugos-, este lugar es único en tierras que eran de Antonio José de Sucre y de la Marquesa de Solanda, a las que arribaron colonizadores para trabajar la tierra, madera y ganadería. El centro poblado actual se creó cerca del sitio donde existía el pequeño pueblo original, arrasado por el rio Mindo y aquí se construyó este paraíso”. La Roulotte se encuentra ubicada a dos kilómetros del pueblo.

Contando pájaros

Una de las actividades predilectas de Ignacio es el conteo de pájaros que anualmente tiene lugar en el mes de diciembre. Se trata de un censo con fines de conservación de las especies de aves que habitan Mindo en un área de 24 kilómetros de diámetro. Esta iniciativa de la Asociacion de Guías Naturalistas de Mindo busca generar información para conocer el estado actual y los cambios que puedan tener las poblaciones de aves a lo largo del tiempo en lugares específicos, además de fortalecer el conocimiento y la generación de herramientas adecuadas para el manejo y la conservación de la avifauna. El conteo de pájaros navideño inició en 1900 en los EE.UU, gracias al ornitólogo Frank Chapman quien, molesto por la matanza de pájaros en una cacería navideña, decidió contarlos.

El primer conteo, -cuenta Ignacio-, inicia en Mindo, en 1994, con 12 personas que participan, y obtienen los primeros resultados: 220 especies en 12 diferentes rutas en 24 horas. Los expertos consideran que las aves son indicadoras del estado de salud de nuestro medio ambiente porque son ellas el primer grupo de animales que se ve afectado por los estragos de la contaminación, la destrucción de bosques y la ampliación de la agricultura y ganadería extensiva. La contaminación, incluyendo aquella de pesticidas, derrames de petróleo, ha llevado al envenenamiento y a la muerte por hambre a muchas especies en el Ecuador.  

Símbolo  mundial

El conteo navideño tiene reglas muy sencillas; cada zona de influencia tiene un rango de 24 km de diámetro, un área de 576 Km² denominada IBA, Importat Bird Area. Los registradores se dividen en grupos que intentan cubrir el mayor territorio posible dentro de este círculo en un día calendario por 24 horas, contando todo pájaro y especie que vean o escuchen con certidumbre. La zona de Mindo-Tandayapa lleva 19 años efectuando el conteo navideño en la región. Los lugareños sienten orgullo, puesto que en el año 2000 se contaron 358 especies quedando Mindo por primera vez en primer lugar a nivel mundial. Y nuevamente, en los años 2006, 2007, 2008, 2009 y 2010 con un record de 423 especies y el 2011 en segundo lugar con 432. Para el 2013, Mindo obtuvo el segundo lugar con 464 especies. Ecuador con apenas el 1.5% de la superficie de Sudamérica aloja más de 1600 especies de aves encontradas en un territorio de 270.670 Km². Posee el 18%, es decir, la sexta parte de las casi 9.700 especies de aves reconocidas del mundo, más de la mitad de las especies de aves de Sudamérica; similar número de especies de Norteamérica y Europa juntos, poco menos que el doble de especies de aves de Costa Rica (877 sp) y casi la mitad de todos los colibríes que habitan en el mundo las podemos encontrar en Mindo, según indica la información de la Asociacion de Guías Naturalistas. Este año el conteo tendrá lugar en Mindo el 20 de diciembre y el reconteo el 21. Una actividad considerada puerta de entrada a la conservación de aves en su entorno natural que permite desarrollar una promoción turística, educativa y sostenible como el aviturismo, ideal para los amantes de la naturaleza, la aves y sus entornos.

Ignacio cuenta que se conoce de antemano qué clase de pajaros se espera encontrar durante el conteo, pero suele suceder que hay especies nuevas que deben ser fotografiadas. Hay ejemplares que se avistan junto a troncos o en las riberas del rio o en cañones, sobre los árboles o en pleno vuelo. Si no se toma la fotografía del ave hay que hacer un registro y los datos recopilados se catalogan para Audubon, sociedad internacional encargada de registrar las especies y conservar la naturaleza. Al día siguiente los grupos contadores se reunen y un voceador nombra un ave, el que la ha avistado levanta la mano y se la registra. El Pájaro yumbo es propio del chocó y es el ave más emblemática de Mindo con sus siete colores; aunque para algunos, el gallo de la peña es el más representativo de las especies. Este es un dato importante a nivel internacional, porque hace de Mindo un símbolo de conservación de aves en todo el planeta, concluye Ignacio.

Miro por el ventanal panorámico del comedor de La Roulotte y un colibrí de dorso verdiazul trepida sus alas a la velocidad de la luz que refracta su bellísimo ornamento plumal. No quiero congelar el movimiento de sus alas con el obturador de la cámara. Que siga difuso, mágico, divino y alado, como este sueño de alto vuelo que empieza en Mindo y no concluye en la eternidad.

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